Daniel Hernández Morillo, nació en la región de Huancavelica, en el distrito de Salcabamba dentro de la provincia de Tayacaja, el 1 de agosto de 1856, hijo del español Don Leocadio Hernández, y de la peruana Doña Basilia Morillo. Llega a Lima a los 4 años de edad, iniciando su educación artística a los 14, en el taller de Leonardo Barbieri ubicado en la calle San Pedro de Lima y cuyas clases asume a su cargo cuando el maestro vuelve a su tierra natal. De esta época es su obra La Muerte de Sócrates (1872), que le valió el reconocimiento por parte del gobierno de Manuel Pardo, obteniendo una beca a Europa y un compromiso de subvención que no fue cumplido en su totalidad al llegar de su viaje en los primeros meses de 1874.
Durante su estadía visita en París a su compatriota Ignacio Merino, el cual le aconseja trasladarse a Roma; así permanece diez años en Italia aprendiendo del pintor español Mariano Fortuny. En 1883 vuelve a París donde logra por méritos propios ser el Presidente de la Sociedad de Pintores Españoles residentes en la ciudad, vinculándose con otros artistas como Francisco Pradilla y José Villegas Cordero, y fue miembro de la Sociedad de Artistas Franceses, exhibiendo en el Salón Anual de la Sociedad de Artistas Franceses, de difícil y riguroso acceso por su severo dogma academista; él tuvo amplia y triunfal acogida en los siete años que se presentó, considerado “fors concours” («competencia sustancial») de los salones parisinos.
Por su célebre cuadro La Perezosa, fue premiado con la Segunda Medalla en el Salón de París, 1899. En la Exposición Universal de París, con motivo del cambio al siglo XX en 1900 le fue otorgada Medalla de Oro en por su cuadro Amor Cruel, y La Perezosa le valió la Condecoración de la Legión de Honor en 1901. Desde entonces Hernández fue declarado H.C. Honoris Causa, en todos los salones. Obtuvo además, el Premio de Pintura en la Exposición Iberoamericana de Sevilla con la obra Francisco Pizarro.
En 1912 viaja a Montevideo, Buenos Aires y Roma, para exponer sus trabajos. Regresa a París donde reside hasta el año 1918. Por esa misma época, su hermano Inocencio, de bastante menor edad, llega a convertirse en uno de los más preclaros predicadores de la Orden de los Dominicos en el Perú, lo cual a su vez coincide con el llamado que recibe este extraordinario pintor por parte del presidente José Pardo para asumir la dirección de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima, en la cual contribuyó a la formación de nuevos artistas peruanos, hasta el año de su fallecimiento en Lima de 1932.
Fuente: Wikipedia